Murió Carlitos Balá a los 97 años. El querido actor partió el jueves a las 21.30, según lo confirmó su nieta Laura Gelfi a Teleshow. “Estamos devastados pero unidos. Y así se fue él: con la familia unida y mucho amor”, dijo con tristeza la joven sobre la partida de su abuelo. El artista será velado en la Legislatura.
El creador de la mítica frase “¿Qué gusto tiene la sal?” estaba internado desde ayer en el Sanatorio Güemes. “Tuvo mareos en su casa, lógico de su edad, y lo llevaron al sanatorio. Los médicos decidieron dejarlo en observación”, informaba por esas horas su representante, Maximiliano Marbuk.
Balá inventó decenas de términos que se instalaron en el imaginario popular como “sumbudrule” y creó El Chupetómetro, que permitió que cientos de miles de niños dejaran el chupete. Pero el primer trabajo del hombre que se convirtió en un referente de grandes y chicos, y de varias generaciones crecieron a su lado y hoy lo llorarán, nada tuvo que ver con el medio: comenzó como vendedor ambulante en una línea de colectivo.
“¿Qué gusto tiene la sal?”, preguntaba Carlitos, y todos los niños respondían con seguridad: “¡Salado!”. La idea nació en 1969, en una tarde tranquila en Mar del Plata. Un chico lo miraba atento y Balá, haciendo como que no lo veía, preguntó varias veces en voz alta: “¡El mar! ¿Qué gusto tendrá el mar?”. El nene permanecía silencioso. Él siguió: “Ahhh, el mar tiene gusto a sal. Pero, ¡¿qué gusto tiene la sal?!”. Antes de salir corriendo, el chico le respondió: “¡¿Pero qué gusto va a tener la sal?! ¡Salada!”. Y así nacería un éxito que atravesó cuatro generaciones.
Cartlitos estaba muchas veces acompañado de Angueto, el perro invisible que surgió en una tienda en Disney. Balá, siempre atento, encontró una correa rígida y se le ocurrió el chiste del perro. “Un turista que estaba al lado se asustó y me gustó la idea, porque pensé que podía ser un buen personaje. Cuando llegué a Buenos Aires, mandé hacer una correa similar y le puse Angueto por mi hija Laura. Cuando era chica, con mi mujer le decíamos Anguetita, una palabra inventada”, contó alguna vez.
Sus primeros trabajos fueron en radio, pero su gran éxito llegó con la televisión. En 1961 apareció en el programa La telekermese musical, tres años después tuvo su propio ciclo El soldado Balá. Sin embargo, su programa más recordado fue sin dudas El Show de Carlitos Balá, donde además de repetir sus “¿Un gestito de idea?”, “¡Mirá cómo tiemblo!” y “¡Sumbudrule!”, le dio nacimiento al famoso Chupetómetro, donde miles de niños a lo largo de los años dejaron sus chupetes y mamaderas.
Hace unos años, en Diario El Cuyo, él mismo contó: “Averiguamos con los pediatras cómo influía el uso del chupete en la boca y nos dijeron que después de los 2 años tenían que dejarlo porque deforma el paladar. Y así fue que empezamos con una canastita donde los chicos iban dejando sus chupetes. Pero eran tantos que hicimos unos tubos enormes que instalamos en ATC, en el circo y en el teatro”.
El 13 de agosto el artista había celebrado sus 97 años rodeado de su familia. “Feliz cumple, mi amor”, le había escrito ese día Laura Gelfi en un posteo, compartiendo un álbum de fotos junto a su abuelo, pero con imágenes de todos los tiempos, no solo actuales sino de cuando ella era chica: jugando con una cámara, en el teatro y cocinando, uniendo las pasiones de ambos. Cada vez que podía, ella lo agasajaba con sus platos preferidos.
¿Quién por ejemplo no dejó su chupete gracias a él? “El colmo de tener de abuelo a Carlitos Balá… ¡nunca usé chupete!”, contó hace unos años Laura, quien también es cocinera, a este sitio en ese momento, lo definía: “Es una persona alegre, graciosa y que admiro mucho. Siempre hace chistes, jugábamos mucho. Anécdotas hay miles. Todos los veranos íbamos a Mar Del Plata y nos divertimos muchísimo”.
Más allá del personaje, contaba cómo era como abuelo: “Me malcría como casi todos los abuelos a sus nietos. Pero con la excepción que estar con él es reírse a cada segundo”.
Como todos los grandes, Carlitos Balá estaba siempre vigente. En el 2021 su nieta había contado sobre el cariño del público que le legaba constantemente. “El está muy contento, le estamos leyendo constantemente los mensajes de la gente, que es mucho lo que le manda y es muy emocionante. Cada año que pasa es más lo que la gente le manda. Lo que lo quieren… Estamos recibiendo muchos mensajes y regalos. Vinimos con mi mamá desde la mañana para ayudar porque es tremendo lo que nos mandan”, contaba.
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